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“Tejidos de vecindad”, un estudio monográfico que se articula en el proyecto cultural que estudia con rigor los vínculos históricos entre Aragón y Cataluña

Catedráticos y políticos debaten sobre el conflicto catalán y la necesidad de recomponer las relaciones con el conjunto de España

El Palacio de Sástago ha acogido la presentación del libro “Tejidos de vecindad. Los vínculos históricos entre Aragón y Cataluña, siglos XVII-XX”, editado en el marco de la exposición “Dicen que hay Tierras al Este” que se muestra en este mismo espacio hasta el próximo 7 de enero, y que ya ha recibido casi 20.000 visitas.

El libro aborda, de manera monográfica, un objeto de estudio original, sugerente y necesario. Es original por el carácter inédito de una compilación de asuntos reunidos en torno a un eje común, el de las relaciones históricas entre Aragón y Cataluña durante la época contemporánea. Es sugerente porque descubre elementos y vínculos no bien conocidos o difundidos entre las sociedades aragonesa y catalana, y profundiza sobre aquellos que, de tan manidos, precisan sobre ellos nueva luz. Y es necesario porque llega en un momento de debate político y social muy vivo a raíz del llamado “plan soberanista” de Cataluña, un momento en el que son más necesarios que nunca los argumentos sólidos y contrastados para acercarse a esta espinosa cuestión.

Por ello, su presentación se realizó a modo de mesa redonda en la que participan estudiosos de ambas comunidades que pueden ampliar la visión histórica y política del momento actual. Junto al Presidente de Aragón, Javier Lambán, y del vicepresidente de la Diputación de Zaragoza, Martín Llanas, participan Alberto Sabio, coordinador del volúmen; Guillermo Fatás, historiador y Catedrático de Historia Antigua de la UZ; Teresa Freixes, Catedrática de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona y Carlos Forcadell, director de la Institución "Fernando el Católico" de la DPZ, todos ellos moderados por la periodista Lola Ester.

El Presidente de Aragón, Javier Lambán, reparó sobre el “importante papel” que le toca jugar a Aragón en el conflicto catalán, sobre el cual advierte que no se arreglará tras las elecciones del 21 de diciembre; muy al contrario, cree que el problema será largo y debe ser un empeño colectivo nacional para su verdadera resolución. Para Lambán, Aragón "ha de ser reconstructor de nexos", y se mostró partidario de que haya más Estado en Cataluña para evitar que algunos sectores determinantes en la formación de secesionistas, como el de la educación o los medios de comunicación públicos, vuelvan a ser manipulados partidariamente. Igualmente, cree -al igual que el exministro francés, Manuel Valls- que en el resto de España ha faltado  algo de fuerza para defenderla como "un gran país que debe ser el orgullo de todos".

El origen de la iniciativa está relacionado con el propósito de tratar de contribuir desde Aragón a recomponer la relación entre Cataluña y el resto de España. La vecindad geográfica y la trayectoria histórica compartida, con un Archivo de la Corona de Aragón erigido en potente símbolo de la misma; los intereses económicos comunes, la magnitud de las inversiones y del comercio; la extensa y tupida red de relaciones amistosas y familiares; la lengua catalana hablada en algunas zonas de la Comunidad de Aragón; los miles de aragoneses e hijos y nietos de aragoneses residentes en Cataluña (especialmente en Barcelona), en cuya memoria reside buena parte de lo que fue el Aragón ahora vacío. “Todo ello otorga títulos sobrados para ensayar esa contribución. Nadie mejor que nosotros, los aragoneses, puede dar testimonio de que Cataluña es inexplicable fuera de España y de que, a su vez, a España no es posible entenderla sin Cataluña”, argumentan Javier Lambán y Martín Llanas.

Aunque la vecindad también es fuente de conflictos (bienes de Sijena, gestión del Archivo de la Corona, trasvases de agua o la exigencia de caudales) sobre los que la defensa de los intereses de Aragón es rotunda e innegociable, es más lo que se comparte.

Preservar los ámbitos de cooperación con Cataluña también es defender los intereses de Aragón. Ahora bien, esa contribución requiere de buenos argumentos, constructivos y no belicosos, integradores y no maniqueos.

Por eso, el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Zaragoza, con el apoyo de prestigiosos patrocinadores como La Caixa-Obra Social y Telefónica, han articulado de modo conjunto un amplio proyecto cultural que incluye, además del libro presentado hoy, un documental que muestra palabras y rostros de esos “nexos” y una gran exposición que los narra con una selección extensa de elementos visuales y estéticos.

El vicepresidente de la Diputación de Zaragoza, Martín Lanas señaló que con la exposición “Dicen que hay tierras al Este" se hizo de la necesidad virtud, porque ha sido precisamente la crisis social y política que se vive en Cataluña la que ha demostrado su oportunidad, como demuestran su gran acogida, algo que deseó que ocurra también con este libro. “Tejidos de vecindad. Los vínculos históricos entre Aragón y Cataluña, siglos XVIII-XX” se aborda la historia de esa relación, de ese proceso de encuentro y desencuentro que constituye un tamiz de relaciones que ha permitido generar espacios compartidos muy fructíferos entre Aragón y Cataluña.

Y se hace con profundidad, rigor y seriedad. Los autores de los escritos, coordinados por el profesor Alberto Sabio Alcutén, presentan una trayectoria contrastada y reconocida profesional o académica, al Oeste de Cataluña y al Este de Aragón, lo cual elimina cualquier atisbo de sesgo en esta exhaustiva sistematización y compilación de la panoplia de vertientes que afectan a la relación contemporánea entre las dos comunidades.

Este volumen aspira a trascender su oportunidad estrictamente coyuntural y se consolide como un hito permanente y necesario de conocimiento para estudiosos, académicos y público en general. Consideran que Aragón conoce a Cataluña mejor que nadie y que, en consecuencia, nadie mejor que los aragoneses puede dar cuenta a los demás de la parte de razón que le asiste en este contencioso desde hace mucho tiempo. Todo ello, hace que las instituciones aragonesas no se consideren interlocutores determinantes para el tratamiento y la solución del conflicto pero sí muy útiles.

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