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Aladrén apuesta por el arte como receta contra la despoblación y como dinamizador urbanístico con el I Ababol Festival

Desde hoy y hasta el domingo, 3 creadores seleccionados entre 53 candidatos de 9 países realizarán sendas intervenciones artísticas en espacios públicos de este pequeño municipio con apenas 50 habitantes.

Aladrén apuesta por el arte contemporáneo como receta contra la despoblación y como dinamizador urbanístico con la I edición del Ababol Festival. Desde hoy lunes y hasta el domingo, tres creadores seleccionados por un jurado entre más de 50 candidatos de nueve países llevarán a cabo sendas intervenciones artísticas en distintos espacios públicos de este pequeño municipio del Campo de Cariñena que apenas tiene 50 habitantes empadronados.

“El objetivo es que esas intervenciones se conviertan en un foco de atracción para un turismo de calidad interesado por el arte y por el medio ambiente –destaca la alcaldesa de la localidad, Marta Blanco–. Al mismo tiempo, fomentamos el acceso de los vecinos a propuestas artísticas de calidad y creamos un entorno urbano más amable y dinámico”.

Las tres intervenciones artísticas transformarán el pueblo en un espacio museístico al aire libre que irá creciendo en los próximos años. “El Ababol Festival surge con vocación de continuidad, ya estamos organizando la edición del año que viene”, adelanta Blanco, quien además subraya que este evento será “un espacio de reflexión sobre el fenómeno de la despoblación y la memoria, dos de los fenómenos que más han marcado el devenir de los pequeños pueblos de Aragón”.

Además del trabajo de los artistas, a lo largo de la semana habrá talleres para explicar cada una de las intervenciones; dos mesas redondas sobre el arte, la despoblación, la memoria y el desarrollo local; un concierto el sábado por la noche con grupos vinculados al municipio; y un pasacalles y un vermú el domingo a mediodía para inaugurar el resultado final.

El Ababol Festival lo organiza el Ayuntamiento de Aladrén con el apoyo económico de la Diputación de Zaragoza, que aporta 8.000 euros a través del plan unificado de subvenciones (PLUS). Además, el evento cuenta con la colaboración de numerosos voluntarios. “Sin ellos, el festival no sería posible”, agradece Blanco, quien explica que la idea de organizarlo surgió dentro de la apuesta que el municipio está realizando por el turismo cultural y ambiental. “Es el que más respeta el entorno, y eso para nosotros es fundamental”, subraya la alcaldesa.

Para elegir a los artistas participantes, el Ayuntamiento publicó una convocatoria abierta a todas las disciplinas: artes plásticas, visuales, instalación, arquitectura social y/o del entorno…. Lo único que se pidió fue la creación de proyectos o instalaciones que perduren a la intemperie y que sean capaces de dialogar con el entorno y con los vecinos y visitantes.

Se recibieron un total de 53 propuestas de nueve países: Argentina, Italia, Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, México, Francia y España. La selección de los artistas corrió a cargo de un jurado compuesto por la crítica de arte Marisol Salanova; el artista Ricardo Calero; la también artista y directora del festival, Gema Rupérez; y la propia alcaldesa de Aladrén.

Los artistas y sus intervenciones

Lluc Baños (Barcelona). El proyecto ‘Rastro’ consiste en la instalación permanente de una escultura en piedra en un espacio acordado entre el artista y la organización y la realización de un mural. La escultura es una réplica a escala real de una maleta de viaje, objeto que remite tanto a los procesos migratorios, la desruralización y despoblación de los pueblos como a la idea de retorno y movimiento constante. El mural, por su parte, hace referencia a la pieza misma de forma sintética y busca evocar la idea de huella y memoria.

Abel Jaramillo (Badajoz). El proyecto plantea el gesto de levantar la vista a raíz de un fragmento de la canción ‘Canto a la libertad’ de José Antonio Labordeta: “al levantar la vista veremos una tierra…”. Este acto supone una mirada poética: alzar la vista para ver lo que hay bajo los pies. A su vez, plantea una tensión histórica, entre el pasado y el futuro a través del paisaje y la mirada. La canción como memoria inmaterial del lugar se une a una idea de paisaje, de territorio, de cotidianidad y de identidad. Bajo esta premisa, se plantea una relectura de la historia que contenga este gesto aplicado a la intervención urbana. Una relación entre texto y paisaje a través de lo fragmentado, de lo incompleto, entendiendo la historia como un collage de informaciones y documentos.

Cristina Ramírez (Toledo). ‘La parra, el buitre y la azada’ es un mural realizado ex profeso para Ababol Festival. La obra conecta con una investigación plástica reciente de la artista en torno a la representación del horror cósmico. Con este mural, Ramírez vinculará los planteamientos de su trabajo con la propuesta del festival, la invitación a la reflexión sobre la despoblación de los entornos rurales, el arte y la memoria.

Más información: http://ababolfestival.com/