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El centro de protección animal de la Diputación de Zaragoza atendió en 2016 a 263 perros recogidos por la provincia

El año pasado se dieron en adopción 256 mascotas, lo que demuestra que el sistema para buscar dueños sigue funcionando. La DPZ va a invertir 120.000 euros en mejorar las instalaciones, ubicadas en Movera

El centro de protección animal de la Diputación de Zaragoza atendió a lo largo de 2016 a 263 perros sin dueño que vagaban por los municipios de la provincia, de los cuales 250 fueron recogidos por el personal que presta este servicio y 13 fueron entregados directamente en las instalaciones de Movera. En ese mismo periodo de tiempo, la institución provincial dio en adopción 256 mascotas, lo que demuestra que el sistema implantado para buscar un propietario a todos los animales sigue funcionando con éxito.

“Desde el año 2012, la Diputación de Zaragoza no cobra nada a quienes adoptan uno de los perros atendido –recuerda el diputado delegado del centro de protección animal, José Ángel Miramón–. Así facilitamos el proceso y dejamos claro que nuestra prioridad es fomentar las adopciones responsables y con todos los requisitos legales”.

Las cifras de 2016 son muy similares a las de 2015, cuando en Movera se atendió a 262 perros y se dieron en adopción 274 mascotas. En 2014 se recogieron 211 animales, a los que hubo que sumar 48 entregas procedentes de sendos decomisos realizados por el Seprona y el Gobierno de Aragón.

Miramón explica que este año la Diputación de Zaragoza va a invertir 120.000 euros en mejorar las instalaciones de su centro de protección animal. “Se van a arreglar tanto los tejados de los cheniles en los que están los perros como el vallado del centro –destaca el diputado–. Además, estamos trabajando para llegar a acuerdos con el Ayuntamiento de Zaragoza que nos permitirán ampliar la capacidad de nuestras instalaciones y llevar los perros que no podamos atender nosotros al nuevo centro de protección animal que va a construir la capital”.

El Centro Sanitario de Protección y Albergue Provincial  se puso en marcha en 1994 para hacer frente al problema de salud pública de los perros vagabundos. Como los municipios no tenían recursos para resolverlo, la Diputación de Zaragoza aprobó un convenio marco al que desde entonces se han adherido 244 de las 292 localidades de la provincia –la capital tiene su propia recogida–.

Los ayuntamientos son los únicos que pueden solicitar la retirada de animales abandonados o sin dueño. No obstante, si un vecino quiere entregar el suyo, tiene que hacerlo previo visto bueno de su consistorio y sabiendo que debe pagar una tasa de 57,5 euros y que además no se aceptan perros gravemente enfermos o para sacrificio.

Se les cura, se les cuida y se les implanta el chip obligatorio

Cuando se recibe un aviso de recogida, la empresa que gestiona el centro de protección animal se traslada al municipio, lo captura y lo lleva a las instalaciones de Movera. Si porta el chip obligatorio, se intenta localizar al dueño, que además de tener que pagar una tasa de 80 euros para llevárselo se enfrenta a una posible sanción administrativa. Si no es posible contactar con el propietario, el perro pasa a manos de la Diputación.

Tanto esos animales como los que no llevan chip –la gran mayoría– son inscritos a nombre de la institución provincial en el Registro de Animales de Compañía de Aragón. Para entonces, ya han sido atendidos por los veterinarios, ya que a todos los perros se les hace una exploración nada más llegar, se les curan las enfermedades o heridas que puedan presentar, se les desparasita interna y externamente y se les vacuna.

Una vez dados esos pasos, comienza el proceso de búsqueda de dueños para los perros. Normalmente, son adoptados a corto o medio plazo, aunque algunos llegan a pasar muchos meses en Movera. Pese a todo, incluso los casos más complejos se suelen resolver gracias a la colaboración de las sociedades protectoras de animales. “Su ayuda es fundamental para adoptar a los animales que llegan enfermos, son muy mayores o directamente no resultan atractivos”, agradece Miramón, quien subraya que desde mayo de 2013 la Diputación de Zaragoza no sacrifica a ningún perro. “La ley lo permite, pero se apuesta por atenderlos hasta que se les encuentra un adoptante”, recalca el diputado.