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La Diputación de Zaragoza expone en el palacio de Sástago la pintura libre e inagotable de Luis Feito

La muestra puede verse hasta el 3 de junio y repasa las dos últimas décadas del pintor madrileño, figura clave en el arte contemporáneo español reconocida internacionalmente y germen junto a Antonio Saura del mítico grupo El Paso.

Jueves, 21/03/2018

La Diputación de Zaragoza expone desde hoy en el palacio de Sástago la pintura libre e inagotable de Luis Feito, figura clave en el arte contemporáneo español reconocida internacionalmente y germen junto a Antonio Saura del mítico grupo El Paso. La muestra se inaugura esta tarde, puede verse hasta el 3 de junio y repasa las dos últimas décadas del pintor madrileño a través de 115 cuadros y dibujos de su colección personal realizados desde el año 2002 hasta la actualidad.

“Estoy asombrado, esta es la mejor exposición que me han hecho nunca… y llevo setenta años haciendo exposiciones –ha afirmado el propio Feito en la presentación de la muestra–. Estaré eternamente agradecido a la Diputación de Zaragoza por esta iniciativa, porque siempre me están juzgando por lo que hice hace 20, 30 o 50 años y no por lo que he hecho y he sido en los último años”.

Feito ha insistido en que lo que le interesa ahora es la época que inició tras su gran exposición en el museo Reina Sofía del año 2002. “Lo apasionante es la trayectoria, la evolución, ir alcanzando nuevas etapas… –ha explicado–. La gente normalmente quiere ver lo que ya le ha gustado, pero uno puede que ya no esté en ese punto, sino a años luz. Si lo que hago está al alcance de la gente eso significa que no avanzo, porque si avanzo me despego de la gente y les cuesta entenderme”.

Por su parte, la diputada delegada de Cultura de la DPZ, Cristina Palacín, ha destacado que para la institución es “un honor y un orgullo” exponer a Feito en el palacio de Sástago. “La Diputación de Zaragoza siempre se ha caracterizado por su contribución al arte contemporáneo –ha recordado–. Tras la exposición del museo Reina Sofía alguien pudo pensar que Luis Feito entraba en su ocaso, pero nada más lejos de la realidad: el maestro sigue teniendo una enorme energía, una gran sensibilidad y una imparable fuerza interior que en estos últimos años le han permitido continuar con su trayectoria de viaje e investigación”.

Un artista cosmopolita y siempre abstracto

La exposición ‘Luis Feito. Pinturas y dibujos 2002-2018’ llega a Zaragoza de la mano de la DPZ cuando se cumplen 60 años de la primera exhibición de las obras este artista en la capital aragonesa. Fue en 1958, durante una muestra colectiva del grupo El Paso que también pudo verse en la Diputación de Zaragoza –en este caso, en el palacio provincial–.

Feito (Madrid, 1929) es el creador más cosmopolita del arte contemporáneo español. Ha vivido en París, Montreal, Nueva York y Madrid y ha recorrido gran parte del mundo. De hecho, sus constantes viajes, que entrañan cambio, conocimiento, tolerancia y riesgo, son una metáfora de su pintura y de su larga trayectoria.

Ante todo, Feito es un descubridor, y en sus lienzos bulle la libertad que ha sido el acicate de toda su creación. En su obra, siempre abstracta, no existe sujeción alguna a la forma, al color ni a la técnica. Y su trabajo plástico quema etapas sin solución de continuidad. Tanto el artista como su obra son inagotables, todo le interesa y de todos aprende: los maestros antiguos chinos, los pintores del museo del Prado, sus coetáneos… Otra de sus grandes señas de identidad es su ilimitada capacidad de asimilar y de hacer suyos –para su arte– los lugares y los objetos.

Setenta años de trayectoria

Nacido en el seno de una familia humilde de carniceros, Feito ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en 1950. Allí adquirió el dominio de la técnica pictórica, imprescindible para afrontar el camino personal que emprendió después. Sus primeras exposiciones individuales, ya con obras no figurativas, se celebraron en Madrid en 1954.

Tras completar sus estudios, se instaló en París e inició una larga relación contractual con la galería Arnaud. Durante las dos décadas siguientes, el trabajo de Feito fue elogiado por varios de los críticos de arte más influyentes de Francia.

En 1957, Feito participó en la génesis y la fundación del grupo El Paso junto a Antonio Saura y a otros pintores como Manuel Millares o Rafael Canogar. Esta aventura buscaba renovar el arte y el ambiente artístico español, y proporcionó a sus protagonistas una gran proyección internacional. En 1960, Feito participó en la exposición ‘New Spanish Painting and Sculpture’, celebrada en el MoMA de Nueva York, y fue reconocido con el Premio David Bright en la XXX Bienal de Venecia.

A comienzos de los sesenta, a raíz de un problema de salud, descubrió la meditación oriental y la pintura y la caligrafía chinas, que influyeron notablemente en su obra. También viajó a Japón, a Filipinas, a Camboya y otros lugares en los que siguió conociendo la cultura oriental.

Durante esos años, y también en la década de los 70, su relación con Montreal se fue haciendo más frecuente e intensa, hasta que en 1981 se trasladó a esta ciudad canadiense, donde vivió hasta 1983.  Desde allí dio el salto a Nueva York, donde residió siete años evitando vincularse durante demasiado tiempo con ninguna galería neoyorquina. En 1990, regresó a Madrid.

Un recorrido por sus creaciones en este siglo

En el año 2002, el Museo Reina Sofía organizó una gran exposición sobre la obra de Feito. La muestra que hoy se inaugura en el palacio de Sástago reúne una selección de sus creaciones a partir de esa fecha e incluye 115 obras colgadas en pared: 70 pinturas realizadas con la técnica del acrílico sobre lienzo y 45 dibujos sobre cartulina ejecutados con acrílico o con tintas china y roja.

También pueden verse cinco vitrinas en las que se muestran los ocho bocetos que Feito llevó a cabo para sus pinturas en el monasterio del Paular, el ‘Cuaderno de París’ (1978) y el ‘Álbum de Pilles Corbeil’ (1982).

Desde los inicios de su carrera, Feito ha optado casi siempre por titular sus acrílicos sobre lienzo con números, costumbre que ha mantenido en las obras que forman esta exposición. La ausencia de título en sus cuadros pone de manifiesto la renuencia del pintor a dar cualquier pista interpretativa sobre los posibles significados de sus obras.